Una cadena portacables puede parecer un componente sencillo, pero una mala elección puede causar problemas graves, desde desgaste prematuro hasta paradas de máquina. En este artículo analizamos los cinco errores más comunes y cómo evitarlos.
1. Calcular mal el diámetro interior
Error: La cadena es demasiado pequeña para los cables y mangueras.
Consecuencia: Los cables se pellizcan o dañan durante el movimiento.
Solución: No te limites al diámetro exterior; deja un margen del 10–20 %. Utiliza separadores para mantener los cables ordenados dentro de la cadena.
2. Subestimar el radio de curvatura
Error: Elegir un radio de curvatura demasiado pequeño.
Consecuencia: Daños internos o desgaste acelerado de los cables.
Solución: Comprueba siempre el radio mínimo de curvatura recomendado por el fabricante y elige una cadena con un radio mayor si tienes dudas.
3. No considerar la posición de montaje
Error: Instalar la cadena en una orientación inadecuada (colgante, horizontal o vertical).
Consecuencia: Carga excesiva, desgaste desigual o salida de la guía.
Solución: Selecciona una cadena diseñada para el tipo de movimiento y la posición de instalación específicos. Consulta con un especialista si es necesario.
4. Elegir el material equivocado
Error: Usar una cadena de plástico estándar en entornos con altas temperaturas, productos químicos o fricción elevada.
Consecuencia: Deterioro rápido o rotura de la cadena.
Solución: Adapta el material al entorno:
Plástico: para aplicaciones ligeras o normales
Metal o híbrido: para entornos industriales exigentes
Plástico resistente al calor o a químicos: para condiciones extremas
5. No prever futuras ampliaciones
Error: Llenar la cadena completamente sin espacio adicional.
Consecuencia: Es necesario sustituir toda la cadena si se añaden nuevos cables.
Solución: Deja siempre margen para futuras expansiones. Una cadena que hoy parece suficiente puede quedarse pequeña mañana.
Conclusión:
Una cadena portacables bien elegida protege los cables, prolonga la vida útil de la máquina y reduce los costes de mantenimiento. Evita estos errores comunes y elige la solución adecuada.